Fanfic: Open your heart to me! - Vondy (um pouco AyA and MyC)

Edicción en español

Mañana siguiente, en esta misma habitación. Christopher escuchó voces aproximándose y poco a poco fue despertando…

- ¿Viste? Ellos están vestidos. – susurró Maite llegando cerca con alguien que hasta el momento Ucker no supe identificar.

- Entonces voy mandar el entrar. Te voy esperar a ya a bajo. – Habló Ale en mismo ton y Christopher reconociste, el ya estabas acordado, pero mantenía los ojos cerrados.

- Vallas. – hay dicho May y después lo silencio pairo de nuevo, por algunos segundos. – Hola… ¿Estás viendo? Ella estas bien. Ahora venga… Voy te llevar a una habitación para acostarse un poco ¿Cierto?

¿Quien quisiera ver a Dulce?

- Ei… ¿Dónde vas? – preguntaste May aun en lo mismo ton observándolo ir para cerca de otro lado de la cama. – Cuidado para no despertarlos. – Hay pedido. Finalmente Christopher abriste los ojos y saltarse de Dulce (ESTAVAM DE CONCHINHA s2).

- ¿Lo que pasa? – preguntó Christopher pasando la mano en su rosto.

- Shu… - pediste May – ¿Estás viendo? El despertase. – se quejó, hablando bajo. El miró a quien ella estabas hablando.

- ¿Qué haces aquí? – preguntó Ucker bajo.

- He venido a ver mi mamá. – hay dicho Dante en el mismo ton.

(roupa de dante)

- Son seis y cuarenta de la mañana. – se quejó Ucker mirando a reloj, después a suspirado. - ¿May? – preguntó a la hermana.

- Hablamos después. Ahora vulvas a dormir. – pediste en mismo ton. – Venga Dante, déjelos dormir. Tarde ella habla contigo. – llamando el chico.

- ¿Por qué han dormido aquí? – preguntó Dante a Christopher. El iba responder, pero Dulce se traslado y Dante apresarte en preguntar – ¿Ella estas despertando? – animándose.

- No sé. – respondió Ucker.

- ¡Venga Dante! – pediste Maite. Dul hay abierto levemente los ojos.

- Cálmate tía May, ella estas despertando. – dijo el chito aproximándote más de la mujer. Ella, así que él ha hecho, levantaste lo rosto asustada.

- ¿Dante? ¿Lo que haces aquí? – sentándose y pausando la mano en seno.

- Hay venido verte. – sonrió. – Me quede preocupado. – ella frunció el ceño.

- El ha llamado para ti, ayer, todo el día. – dijo May – El resto te hablo después. – Se hay dirigido a puerta.

- Oun mi amor… ¿Preocupado con qué? – ofrece un abrazo y el luego acepta. – Tu no tiene edad para preocuparse.

- Mi papá me hay convencido a procurarte hoy, por la tarde, solo que yo tuve una pesadilla con usted y como me dijeran que hay cenado aquí vine para acá. – la abrazarte fuerte. – No me gusta tener pesadillas con la señora.

- Hijo no necesitas quedarse así, yo estoy aquí. – besoteaste a la testa y miró para Christopher que le mostró el reloj. – Es temprano hijo ¿Tu padre le dejó salir solo a estas horas? – ay preguntado, pero no hay tenido respuestas.

- ¿Dejarme quedarme aquí con usted? No tengo clase hoy. – hay pedido sentándose a lado de ella.

- Ok. Pide a señora Ale una habitación para ti acostarse y quitar esta carita de sueño. Después nos hablamos.

- ¿Dejarme dormir aquí con la señora? – ella miró a Christopher que se levantaba.

- Acuéstate ay  niño. – dijo antes de salir de cuarto. Dante hice lo que el dije aferrándose a su mamá, que empezó a acariciarle los pelos, soñolienta.

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- ¿Lo que hacen acordados a esta hora? – preguntó Christopher vendo la mamá y hermana conversando en el corredor de los cuartos.

- Siempre despierto a esta hora. – dije Alexandra.

- Christian fue visitar a su shopping y acordé para hacerle el café para cuando volver. – dije May.

- Creo que voy necesitar pegarle un poco. ¿Puedo? – pasando la mano en el rosto y indo por las escaleras.

- Hijo mío, por lo menos pone una camisa. En poco tiempo las empleadas se van acordar y no te olvides que es casado. – lo seguiste junto a Maite (el levaba apenas un calzoncillo box).

- En poco tiempo me pongo, mamá. Ella estas con mi camisa y no quiero molestar el sueño de los dos.

- ¿Quieres que te expliqué ahora o después toda esta situación? – hay preguntado Maite.

- Cuando me despertar de verdad. – dijo antes de sentarse en una silla en la cocina y Ale ir a la lavandería para coger un túnica para lo hijo.

- Ok. ¿Vas trabajar hoy?  - preguntaste Maite.

- No sé. Si me jefe quieres hablar conmigo creo que voy pasar por la oficina.

- Toma hijo. – hay dicho Ale dándole una túnica.

- ¿Maite, el Dante vas a tardar? – preguntó Poncho entrando en la cocina. – Buenos días Christopher.  – vendo el colocar la túnica.

- ¿Qué haces aquí? – preguntó y después se ha recordado. – Ah… Bueno, creo que Dante se va quedar con nosotros hoy. Ya puedes ir.

- Hijo por favor, contrólate. – pedio Ale. – ¿Te gustaría tomar el desayuno Poncho? – preguntó.

¡¿Poncho?!

- Ah no… No ¡Gracias!

- Por favor, como mi convidado. – deje May.

- Bueno… - pareció indeciso.

- Quédate, no te importes con mi manera de hablar. – dije Ucker levantándose. – Mamá voy acostarme un poco en su sofá. ¿Ok?

- ¿No quieres una habitación?

- Mi intención no es dormir. – tomó una uva y salió.

- Maite, acuérdame de no dejar las empleadas entrar en la sala ahora. Por menos, no la novata. – Dije Ale.

- Disparates, el Ucker sabe lo que hace. – habló la hija. – Poncho, siéntate. – el así lo hice. – Voy hacer un cambio de ropa, me vuelvo ya. – dije y salió.

- Entonces… Háblame un poco más sobre tu. – dije Ale sonriendo amistosa, después de silencio convincente entre ellos. Poncho retribuyó la sonrisa.

- Bueno… ¿Lo puedo decir? Soy moreno, alto… - bromeó haciéndola reír. – De verdad no sé hablar mucho sobre mí.

- Ora, vámonos. Estoy tratando de iniciar una conversación para no quedar este silencio. Esta cierto de que soy suegra de su ex, pero no ay porque quedarnos tímidos.

- Er… Tiene razón. – sonrió de nuevo. – Vámonos hacer así: Usted pregunta y yo respondo.

- Me parece bien. – hice cara pensativa. – ¿Lo que fue el causador de la separación con Dulce? – el pareció supreso.

- Dios mío…

- ¡Es, yo sé! Soy directa e indiscreta. Pero es que me gustaría saber.

- Ok. – respiraste fundo. – Digámonos que nada de mucho grave. – ella continuó mirándolo. – Yo tuve un pequeño problema familiar que me dejo muy irritado. De ay a delante no tuve tiempo para ella. Más peleas. Au fin de una de estas peleas ella comentó algo sobre separación ay yo me poni loco, grité, hablé palabrones, dije muchas cosas… Po fin ella hay dicho: ¡Ahora que yo me voy mismo! Y ahora estamos acá. – dice las ultimas partes divertido.

- ¿Cuantas peleas tuvieran por día? – continuó a preguntar Ale.

- En esta fase, no máximo dúas por día. Y de preferencia sin el pequeño Dante cerca. – respondiste.

- ¿Entonces tu no quise la separación?

- Cuando vi que ella ya se ponía decidida, no tuve lo que hacer. – habló Poncho.

- ¿Estas a confesar que aun te gusta Dul? – preguntó Ale, más una vez.

- ¿Fue tu hijo que le pediste para preguntarme esto? – reyó. – No importa, voy ser sincero. Bueno… A mí no me gusta, yo la quiero. – dije y Ale se quedo muy supresa. – Pero no de manera que imaginas. La quiero como madre de mi hijo, como persona, con respeto y admiración. No la deseo más como antes, pero no voy negar que aun la veo como es: linda y con sus encantos. – dije sincero, Ale sonrió.

- Solo se fuiste ciego. – bromeó. – Bueno, voy hacer una pregunta, para encerar. – el asintió. – ¿Como registe cuando ella dije que estabas embarazada? – el pareció extrañar la pregunta. Maite apareció y sonrió.

- No puedo creer que me mamá estas haciéndote preguntas tan personales. – dio una risa. – Pero creo que es bueno responder.

- Esta yo voy a confesar que es la más extraña. – dio una risa. – Bueno… Como todo hombre que ama a su compañera debes hacer: Yo la abracé muy fuerte, le di un gran beso y grité en el patio de comidas “!Voy ser papá! ¡Voy tener mi propia familia!”, creo que fue esto que grité, algo parecido. Después hice una llamada a mi padre y él me ha dado un anillo para pedirla en casorio.

- ¡Ay qué bonito! – dije May y Ale concordó.

- ¿Puedo hacer una pregunta ahora? – preguntó Poncho. – Otra. – sonrió.

- Por supuesto. – dije Ale.

- ¿Porque me ha hecho estas preguntas, principalmente esta ultima? – En este momento Blanca entró en la cocina.

- Buenos días. – deseó a todos. – ¿Poncho? – hice una carita supresa.

- ¿Señora Blanca, como estas? – la cumplimentó.

- Mejor imposible. – dio una sonrisa. – ¿Puedo preguntar lo que haces aquí?

- Venir traer a Dante para ver Dulce. Es una longa historia.

- ¿Mi neto estas aquí?

- En el cuarto que Dulce está. Creo que durmiendo. – dije Maite.

- Cierto. – miró a Poncho. – Hace tiempo que no nos vemos ¿Cómo estás?

- Bien… Mira, fue bueno usted ter dicho esto, porque me recuerdo que la última vez que nos vimos fue en cumpleaños de Dante de dos años tras. Ele cumple de él se aproxima y quiero hacer una conmemoración.

- Puedes contar conmigo para lo que necesites. – dije Blan.

- Personas lo café de mañana estas pronto. ¿Van esperar los otros? – preguntó Maite. Todos se han concordado en esperar. No demoraste mucho para que Dulce aparece en la cocina (40min después) soñolienta (ya vestida, pero sin la casaca).

- Buenos días. – deseó a todos besando el rosto de su mamá. Miró para a lado y viste Poncho, se asustó y sonrió. – Sabes yo estabas para te llamar al teléfono para preguntar se autorizó a Dante venir solo.

- Me conoces. – le abrazarte. – ¿Como estas? ¿El sueño de Dante tiene alguno cabimiento?

- No sé lo que él ha visto en sueño, pero estoy bien. Lo deje durmiendo.

- Hice bien, parecía cansado. – Hablo Ale.

- ¿Donde estas Christopher?

- Estabas demorando. – Bromeó Maite. – En la sala.

- ¿Con el Fercho?

- No… El fue en un lugar y ya vuelves. Christopher estas acostado en el sofá, dije que no iría más dormir. – dije May y logo Dulce salió después de asentí.

- ¿Que creen de contarme todo ahora? – preguntó Blan.

Poncho hablo que todo empezó cuando Dante recordó que tenía un regalo para Zé en su mochila y olvidó de dejar a AP de Vondy. Entonces llamó para la casa de elles para ir buscarlo… Nadie atendió y él se quedó tentado empezando a quedarse preocupado. El fue hasta el AP de Dul sin permisión, no encontró nadie y llamó para Poncho (Dul también no atendía a teléfono móvil). El fue buscarlo y le peleó. No tardó para Poncho hablar con Annie y ella decir que creía que estaban en la mansión Uckermann, pues había hablado con Maite. Poncho acabó diciendo esto para Dante que quise ir conferir. Poncho no te dejo ir y fueran dormir. Dante no demoro a ter la pesadilla.

- Oun pobrecito de mí neto. – dije Blan. – Y después la Dulce se ha quejado de él.

- ¿Se quejó? – preguntó y frunció el ceño.

- No exactamente. – Habló Ale. Alguien late a puerta.

- Es mi bebé. – dije Maite indo atender.

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